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Macroboda benéfica en la 'Sanse': «Quería darles una oportunidad»

Macroboda benéfica en la 'Sanse': «Quería darles una oportunidad»

Son las diez de la mañana y los primeros curiosos ya están merodeando por el salón parroquial. A los bancos de madera se ajedan sillas plegables blancas. Meticulosamente colocado. Ante los ojos de Dios, siguiendo las sugerencias de los sacerdotes. Flores por todas partes. Nerviosismo, shock, agitación. Todo debe ser perfecto, impecable. Sonríe con entusiasmo ante las cámaras de televisión. Ha llegado tu gran día.

«Enojado» Así define el cura Javier Sánchez Cervera la primera macroboda -18 parejas que respondieron que sí- que tendrá lugar en España, en la parroquia de San Sebastián Mártir, en la localidad de San Sebastián de los Reyesahora en fiestas.

Javier, tras dar luz verde, venta de la iglesia. Va con algunos organizadores y los novios a la cafetería más cercana. Entre café y café, cuenta a este diario que la idea surgió hace aproximadamente un año y medio. «Observé que manyas parejas que venian a bautizar a sus hijos no estaban casados. Ya sea porque no tienen familia en España o porque no tienen recursos para celebrar la que se supone que es una boda ideal. Por eso quise darles una oportunidade», explica el sacerdote, quien destaca que existen muchas presiones sociales con el concepto de “matrimonio de ensueño” que lleva a las parejas, en muchas ocasiones, a renunciar a él.

Para poner en marcha el proyecto, primero se pusieron en contacto con el ayuntamiento del municipio de Madrid para ver si apoyaban la idea y si podían contar con su colaboración. Y «nadie puso obstáculos, sino todo lo contrario». El segundo domingo de mayo Lo anunciaron a los feligreses.

Multitud “Sí, quiero”
Las novias, camino al altar con sus ramos. A continuación se muestra la espera antes de la macroboda. Una de las parejas mira hacia el cielo.
Guillermo Navarro

«Comenzamos a explicarlo en todas las Misas para que los feligreses entendieran la idea. Más tarde colocamos una lona enorme en la parte trasera de la iglesia. con un código QR para que los vecinos puedieren informarse y registrarse y, finalmente, contactamos con un medio de comunicación local y elaboramos un breve reportaje invitando a todos índres a esta locura», explica alegremente.

Es cierto que al principio el municipio lo recibió con sorpresa, como asegura un concejal que visitó el barrio. «Ni siquiera nosotros sabíamos si iba a funcionar o no». «Al final del día, hay que pensar que esto es una solución a una situación que puede ser dolorosa para mucha gente», continúa el sacerdote.

El mismo día que se anunció la celebración comunitaria, se alistaron cuatro parejas que vieron la oportunidad perfecta para hacer posible lo que siempre quisieron y aún no podían conseguir. Así lo expresan alejandra león40 años y David Morales37. Una de las parejas que celebra hoy el sacramento del matrimonio. Ambos se casaron hace diez años en Colombia. «Siempre quisimos hacerlo por la Iglesia, pero nunca encontramos la oportunidad». Hasta que el padre Javier lo anunció aquel domingo en misa.

Se dice que una de las condiciones para participar en el macromatrimonio es tener un matrimonio civil por cinco años o vivir juntos. Además, al menos uno de los dos deberá estar bautizado en la Iglesia Católica y presentar el certificado de bautismo. La parroquia también puso a disposición de las parejas un curso prematrimonial intensivo de tres días de duración. Aquí terminaron todos: «Casi nos convertimos en una familia.. «Seguimos compartiendo un momento muy especial».

Asistente a la celebración alrededor de 400 invitados. Javier expresa entre risas que no ha impuesto un número máximo de participantes: «Hace unos meses enviamos un fórmula para calcular más o menos el número de participantes. «Supongo que habrá más por venir».

Andrés Reyesuno de los novios escucha la conversación. Indica que él y su esposa, Amélie García -una de las primeras parejas en apuntarse a la macro boda- marcaron la opción entre 80 y 100 personas: “Aquí no tenemos familia, pero tenemos muchos amigos que hicimos a lo largo de todos estos años. ¡Quien quiera venir!». Llegaron a España hace 16 años. Se casaron hace 15 años en Venezuela. Su plan era ahorrar y casarse al año siguiente, “¡y miranos!”

Maquillaje y peluquería

Amalia destaca que recibe la ceremonia con mucha ilusión. «Toda la ciudad ha cambiado mucho y altruista Para que esto pueda salir adelante», dice el entusiasta. Razones no faltan. Toda la ciudad se puso un colaborador para brindar ayuda logística a las parejas. Peluqueros, modistas, maquilladores y estilistas. Todos se ofrecieron a ayudarlos. ayudando en los preparativos Incluso varias vecinas donaron sus vestidos de novia. Durante estos días, la iglesia transformó su salón parroquial en uno solo. salón de belleza

Natalia Alarcón por ejemplo, está la manicurista que se ofreció como colaboradora y ayudar a las novias. La colombiana cuenta que el padre Javier le propuso la idea en marzo. «Lo hago por mi propia voluntad.» Es dar un poco de todo lo que hemos recibido desde que llegamos aquí», afirma. Hay que tener en cuenta que todo está un poco «caótico»: “Empezamos el lunes. Ojalá me hubiera hecho todas las uñas en un día. Pero a mí me resultó imposible, ¡hay muchos! Al final, sólo pude cuidar de nueve, y lo hice de dos en dos.

Una de las novias confiadas a Natalia es Graciela Varillas. Dice que a las seis y media tiene que estar en el salón de la iglesia para que le penen y maquillen. En su caso, compró en AliExpress un vestido de novia por 60 euros, además de velo y otros complementos: «Es una ocasión especial. «Me gustó la idea de usar un vestido nuevo». Sin embargo, las sandalias que usarán son donadas a la iglesia para la ocasión.

A Alejandra le pasó algo muy curioso. Compró su vestido, pero durante una de sus visitas a la iglesia se enamoró de uno de los que le regalaron. «Estaba en una posición de cinco centavos y diez centavos». Y devolvió el que compró. Y Amalia, por ejemplo, se dejará peinar y maquillar por una amiga de confianza, pero se vestirá en el salón de la iglesia con el resto de novias: “Ya somos como amigos”.

Entre charangas y minis de cerveza

Luego de la ceremonia, los 18 reciencias casados ​​​​brindarán frente a la entrada del templo religioso. Aplausos, música, placer. Luego irán a stands municipalesquienes aceptaron voluntariamente organizar lo que seria un pequeño banquete. Sólo una condición: venir vestido con un traje de novia. Una macroboda que culminará con fanfarrias, pellizcos morunos y minis de cerveza.

Por Otilia Adame Luevano

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