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Influencia cultural en la modificación de nombres geográficos

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Durante su segundo periodo en la presidencia, el mandatario de Estados Unidos ha iniciado varios cambios en los nombres de lugares icónicos del país, lo cual ha producido controversias y debates en el ámbito nacional e internacional. Estas acciones muestran una perspectiva específica sobre la identidad y la historia de Estados Unidos, y han provocado diversas respuestas en diferentes sectores de la comunidad.

En su segundo mandato, el presidente de Estados Unidos ha emprendido una serie de cambios en la nomenclatura de lugares emblemáticos del país, generando debates y controversias tanto a nivel nacional como internacional. Estas decisiones reflejan una visión particular de la identidad y la historia estadounidense, y han suscitado diversas reacciones en distintos sectores de la sociedad.

Una de las medidas más notables ha sido la promulgación de una orden ejecutiva que cambia el nombre del Golfo de México a «Golfo de América». Esta acción ha sido aplicada en plataformas digitales como Google Maps, donde los usuarios en Estados Unidos pueden ver el nombre «Golfo de América», mientras que en México se mantiene como «Golfo de México», y en otras partes del mundo aparecen ambas denominaciones. Esta decisión ha provocado tensiones diplomáticas, particularmente con el gobierno mexicano, el cual ha expresado su desacuerdo y ha enviado cartas a las compañías tecnológicas solicitando que conserven el nombre tradicional en sus servicios.

Reinstauración de nombres antiguos en monumentos nacionales

Además del cambio en el nombre del golfo, el presidente ha anulado decisiones pasadas en lo que respecta a los monumentos nacionales. Un caso notable es la restitución del nombre «Monte McKinley» al punto más elevado de América del Norte, previamente llamado «Denali». Esta medida ha suscitado opiniones dispares; algunos grupos la apoyan como tributo al presidente William McKinley, mientras que otros, incluidas las comunidades indígenas de Alaska, argumentan que ignora su patrimonio cultural y los nombres tradicionales de la región.

Debates en bases militares

En el sector militar, se ha dispuesto revertir los cambios de nombres en instalaciones que en el pasado honraban a figuras confederadas. Por ejemplo, la base militar conocida como «Fort Liberty» ha retomado su nombre original «Fort Bragg», pero ahora en homenaje a un soldado de la Segunda Guerra Mundial en vez de a un general confederado. Estas acciones han suscitado discusiones, ya que algunos las consideran como un reconocimiento a la tradición y la historia militar, mientras que otros perciben esto como una oposición a los intentos de eliminar símbolos ligados a episodios controvertidos de la historia de Estados Unidos.

Consecuencias y respuestas

Estas propuestas de cambio de nombre han provocado una variedad de respuestas. Entidades periodísticas, como Associated Press, han encontrado restricciones impuestas por la administración al negarse a incorporar las nuevas denominaciones en sus contenidos, lo cual ha propiciado discusiones sobre la libertad de prensa y el impacto gubernamental en los medios de comunicación.

Estas iniciativas de renombramiento han suscitado una amplia gama de reacciones. Organizaciones periodísticas, como Associated Press, han enfrentado restricciones por parte de la administración debido a su negativa a adoptar las nuevas denominaciones en sus publicaciones, lo que ha generado debates sobre la libertad de prensa y la influencia gubernamental en los medios de comunicación.

Además, encuestas recientes indican que una proporción significativa de la población estadounidense se opone a estos cambios de nombres, considerando que alteran denominaciones históricas reconocidas a nivel nacional e internacional. Este panorama refleja las complejidades y sensibilidades involucradas en la reinterpretación de símbolos y nombres que forman parte del tejido cultural e histórico de la nación.

Por Otilia Adame Luevano

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